The Orurean Coffee

Historias de un Fugitivo

En mis inicios de viajero no fui muy conciente que habían cosas que me interesaban, y otras cosas que que me intrigaban, por ejemplo la gente hecha café y servida en el local mas proximo a la catedral de la ciudad frondosa con forma de pancreas (geogràficamente hablando). La piel estaba echa a simple vista con Sol de desierto y de estaño, del que se recicla a menudo. Era interesante verlo como a un Gringo asaltado en un monumento publico. La facinación de encontrarse en el Bagdad precolombino del Siglo.

He estado vagando por algunos rincones de CBBA, de Asuncion tambien. El café de pieles es el mejor, como caiman con chocolote adobado con bencina o como dicen los lugareños Quechuas y Guaranies Sumerios, con la aguja te miden el aceite mejor ¡Y que!

Dicen que Juan Valdez vendió a su señora para comprar su primera taza de café a los 20 años, y que de ahí se propuso a crear lo que Escobar decía: La Coca Café o marron o esa vaina y webadas (Mulatillas Caribeñas)

Pero esto, esto era realmente real, atentico, alergico, pero espectacular. Primero se partía de los brazos donde se hallaba la mayor cantidad de Café, por la concentración de melalina en la piel y la suciedad, luego se seguia las rodillas, por las ofrendas que hacían y el miticismo que le daba al beber una taza de café. El sabor era como Carmesí y un Trébol. La piel de señorita altiplanica era como la de una boranense, como el aceite, nada que envidiar y perfectamente digerible.

Candy Man - Chutero, Mercenario y Consul de América